Habéis llegado al Lucus, el Bosque sagrado de la prehistoria, al primer Santuario mariano de las Illes Balears desde el siglo XIII.
Aquí, los creyentes reencontraréis los signos de identidad de nuestra Iglesia. Los no creyentes, las raíces más profundas del pueblo mallorquín porque Lluc es más que un santuario: es un signo nacional de identidad. Los visitantes extranjeros, una oferta distinta a los días de playa y a las noches de fiesta.
Un oasis de paz insospechada, de espiritualidad y belleza (en el canto de la Escolanía y en las celebraciones), del patrimonio artístico (en el Museo), de una naturaleza casi virgen (en la Serra de Tramuntana y en el Jardín Botánico), de la gastronomía mallorquina (en nuestros restaurantes).
A tan solo 4 kilómetros de Son Alzines, un paseo de 35 minutos.